Un inspector de policía quiere resolver un robo y está a punto de localizar al ladrón. Para reconstruir el delito, debe seguir la vía de escape y preguntarse cuál de las dos posibles rutas eligió el ladrón. Para aclararlo, el inspector de policía entrevista a tres testigos. Por lo tanto, puede formular dos preguntas, pero solo puede plantear una pregunta a un testigo a la vez. Entre los testigos hay un mentiroso, una persona totalmente sincera y una persona que miente en ocasiones. El inspector de policía no sabe cuál de los tres testigos miente siempre, miente de manera ocasional o dice siempre la verdad.
¿Cómo debería proceder el inspector de policía para averiguar qué vía de escape eligió el ladrón? ¿Qué preguntas debería hacer el inspector?
La primera pregunta que debería plantearse a un testigo es:
¿Cuál de estos otros testigos es más probable que diga la verdad?
Las respuestas tienen que dividirse en tres casos posibles:
Al observar las respuestas, se puede ver que el "mentiroso ocasional" es el testigo cuestionado o la persona a la que señalan los otros testigos. Por lo tanto, la persona que no es cuestionada ni señalada por los otros testigos no puede ser el "mentiroso ocasional". La persona siempre dice la verdad o la mentira. El agente de policía hace ahora una segunda pregunta más complicada a este testigo en concreto:
¿Qué vía de escape elegiría el testigo que no suele mentir ocasionalmente?
Son posibles los dos casos siguientes:
En ambos casos, los entrevistados indican la vía de escape incorrecta. Ahora, el inspector de policía solo tiene que elegir el otro camino para completar con éxito su investigación y atrapar al ladrón.
Para resolver este enigma, es necesario asegurarse de que la primera pregunta elimina la posibilidad de que la segunda pregunta se plantee al "mentiroso ocasional". Si logra identificar una persona que siempre se comporta de la misma manera (independientemente de si siempre miente o dice la verdad), puede resolver el enigma con la ayuda de una segunda pregunta apropiada.