Con su dulce sabor, las fresas son una de las frutas más populares en todo el mundo. Cada año se cosechan alrededor de cinco millones de toneladas métricas, una cifra que crece continuamente. Los sensores industriales Pepperl+Fuchs ayudan a que un solo recolector pueda recoger la cosecha de un campo entero: forman parte de una cosechadora de fresas totalmente automatizada e intervienen en su dirección y control.
Las fresas son delicadas en muchos aspectos. A diferencia de manzanas y plátanos, estas pequeñas y deliciosas frutas rojas no se pueden poner a madurar tras la recogida, lo que significa que hay que recogerlas cuando están totalmente maduras. En este punto, no obstante, incluso la presión más ligera provoca un proceso de degradación que estropea la fresa antes de que llegue siquiera al supermercado.
Por este motivo, la recogida de fresas era un proceso estrictamente manual hasta hace muy poco. Concretamente, hasta que entró en escena AGROBOT S.L., un fabricante de robots agrícolas innovadores con sede en Huelva.
Dado que en el sur de España proliferan las grandes explotaciones dedicadas al cultivo de la fresa, se trataba literalmente de un problema muy cercano para los ingenieros de AGROBOT. Un problema cuya solución concibieron desarrollando la cosechadora automática AGROBOT SW 6010.
Con la AGROBOT, todo, aparte de la selección y el envasado, se lleva a cabo automáticamente. Con objeto de proteger las fresas de compresiones o caídas, se cortan del pedúnculo mediante dos delgadas cuchillas muy afiladas. Se recogen inmediatamente en una pequeña cesta recubierta con rodillos de goma, que deposita la fruta en una cinta transportadora que lleva a la zona de envasado. Los operarios pueden seleccionar la fruta y envasarla en bandejas directamente.
En la máquina hay espacio suficiente para dos operarios, aunque basta uno para manejarla. Unos brazos robóticos controlan las interacciones de las cuchillas y las cestas con las fresas. un sistema de visión mediante cámara analiza cada fruta individualmente, comprobando la forma y el color, y seguidamente computa los movimientos de corte precisos cuando se localiza una fresa madura.
Un conjunto de dispositivos Pepperl+Fuchs controla los brazos robóticos y la propia máquina. Cada brazo está equipado con dos sensores inductivos para detenerlos al final de su recorrido. Dado que no sufren fatiga mecánica, eran la solución ideal para los ingenieros de AGROBOT.
El sistema de control de colisiones está sometido a un entorno inclemente, con tierra y polvo, cambios de temperatura, vibraciones y golpes. Por lo tanto, un robusto sensor ultrasónico de la serie UB400-12GM impide al brazo tocar el suelo.
Otros sensores ultrasónicos adicionales están expuestos a los mismos impactos externos al ayudar a accionar la dirección de la cosechadora automáticamente. Cada una de las ruedas incorpora un sensor ultrasónico, que detecta continuamente la distancia entre la rueda y la hilera de fresas, manteniendo el vehículo en su trayectoria y evitando que se dañe la fruta.
Se envían señales desde los sensores al sistema de dirección automática para regular de manera continua y precisa la posición de dirección de las ruedas.
La posición del eje de dirección se controla a través del sistema de medición angular inductivo de la serie PMI360DV-F130. Esto permite una maniobra perfecta al final de cada hilera, tanto en terreno liso como irregular.
Pepperl+Fuchs le ofrece distintos documentos descargables con conocimientos sobre los sensores ultrasónicos. Además de una guía tecnológica general sobre los sensores ultrasónicos, ahora puede descargar una nueva guía sobre la detección de material doble con los sensores ultrasónicos. Obtenga sus documentos PDF gratis y benefíciese de información y consejos valiosos para su trabajo diario en campo.