Los dispositivos catalogados en la directiva de máquinas exponen al usuario a peligros que principalmente se originan por el movimiento mecánico de las piezas. Ejemplos muy evidentes de estos peligros se relacionan con el uso de robots en el entorno de trabajo. Estos robots se programan para moverse conforme a un determinado patrón y la mayoría lo hará de forma contundente y rápida, tanto que un trabajador que esté cerca podría sufrir una lesión. Por ello, la exposición a este riesgo se limita principalmente con medios mecánicos, como vallas. Si los trabajadores tienen que interactuar con estos robots, pueden surgir peligros que pueden limitarse con medios electrónicos, como cortinas ópticas de seguridad, que desactivan el movimiento del robot si un trabajador accede al área delimitada como peligrosa en un momento indebido. Los dispositivos que Pepperl+Fuchs suministra para estas aplicaciones prácticamente carecen de piezas móviles, pero se incluyen en los perímetros de seguridad en los que debe limitarse este movimiento.
Una diferencia principal respecto al sistema de estándares SIL es que las normas de la directiva de máquinas dan mayor valor a la evaluación de riesgos, que se describen con mayor nivel de detalle. Una planta o una máquina pueden implicar riesgos para las personas, las máquinas y el entorno durante todo su ciclo de vida útil. La dificultad reside en identificar todos los riesgos y no obviar ninguno.
La evaluación de riesgos es un proceso iterativo y debe aplicarse a todos los riesgos y peligros hasta descartarlos todos o solo cuando queden riesgos residuales menores (riesgo aceptable). La evaluación de riesgos se crea tras el análisis del riesgo y se describe con más detalle en nuestras páginas acerca de SIL.