Las plantas de tratamiento de aguas residuales recogen y limpian las aguas residuales e industriales. En los sistemas combinados, se añade el agua de lluvia a las aguas residuales de las cuencas de retención, que se transportan a la planta a través de tuberías. Las aguas residuales se suelen bombear a un nivel superior para pasarlas a la siguiente sección de la tubería. Si algún material inflamable se introduce o penetra en la tubería, además de las reacciones químicas que tienen lugar en el agua, puede generarse una atmósfera potencialmente explosiva en las estaciones de bombeo. Por tanto, las estaciones están sujetas a directivas relativas a la protección contra explosiones.
En el área de admisión de la planta de tratamiento, se producen funciones tan esenciales como las siguientes: Las aguas residuales sin tratar se transportan a estaciones de bombeo sin interrupciones. Para ello, la velocidad de giro de las bombas de suministro debe controlarse de forma constante a fin de que el sistema pueda cambiar a una bomba de inversión del flujo en caso de presentarse un fallo. Al mismo tiempo, se miden el volumen y nivel de aguas residuales para evitar que en las etapas posteriores del proceso la planta se sobrecargue. Los sistemas de transporte se activan y desactivan según resulte necesario para optimizar la eficiencia energética. Esto significa que cualquier interferencia posible, como el estallido de alguna tubería, se detecta en una fase temprana. La calidad del agua también se controla para proteger las condiciones medioambientales para los organismos que intervienen en la etapa biológica posterior en la planta de tratamiento. Junto con la temperatura y el contenido en sal, el valor del pH es un parámetro decisivo, ya que podría indicar una condición alcalina o una acidez excesiva. De esta forma, se pueden tomar las medidas oportunas para proteger la etapa biológica.
Las barreras con aislamiento del sistema K son módulos interfaz que convierten y transfieren de forma segura las señales enviadas desde las áreas peligrosas a la sala de control. La velocidad de giro de las bombas de suministro se controla con un convertidor de frecuencias encargado de leer las señales procedentes de los sensores discretos. El flujo se puede medir usando transmisores de flujo magnéticos, y el nivel de agua se mide con sensores ultrasónicos. Las fuentes de alimentación para transmisores sirven para alimentar a los componentes y facilitar la comunicación entre ellos. Junto con otros dispositivos, los sensores de pH en el área de admisión determinan el valor de pH de las aguas residuales, y los sensores de conductividad miden el contenido en sal. Ambas soluciones protegen la etapa biológica de la planta. Estos datos se envían a través de fuentes de alimentación transmisoras con valores límite.
La gama del sistema K ofrece módulos interfaz para todas las señales y aplicaciones, desde aisladores simples a módulos altamente funcionales. El carril de alimentación suministra tensión a los dispositivos y permite la opción de un mensaje de error colectivo. El carril de alimentación, consistente en un carril DIN con una inserción, reduce los costes de cableado al facilitar la conexión de los módulos. El sistema K cuenta con numerosas aprobaciones internacionales, incluida la certificación SIL 3 para todo tipo de señales.