Los nuevos sensores inductivos para aplicaciones de alta temperatura de Pepperl+Fuchs se caracterizan por dos innovaciones importantes: ofrecen una distancia de funcionamiento especialmente amplia de hasta 50 mm y una interfaz IO-Link integrada. Esto permite una comunicación perfecta entre el nivel de campo y el controlador, lo que facilita enormemente la integración de los dispositivos en aplicaciones de la Industria 4.0. Además, las longitudes de cable variables permiten una instalación simplificada.
Los nuevos sensores inductivos de alta temperatura de la serie F135 están diseñados para su uso en temperaturas extremas de hasta 250 °C y son adecuados para condiciones ambientales especialmente duras. Entre sus puntos fuertes se encuentra la mínima desviación de temperatura de la distancia de operación. Los dispositivos alcanzan una vida útil excepcionalmente larga con una alta fiabilidad de detección. Si es necesario sustituir el cabezal del sensor, no es necesario reparar el amplificador. Tampoco es necesario ajustar la distancia de operación mediante un potenciómetro.
La interfaz IO-Link ofrece la posibilidad de integrar el sensor de alta temperatura en un intercambio de datos completo y sin fisuras en el contexto de la Industria 4.0. No solo permite una comunicación continua entre el nivel de control y el nivel de campo, sino también una sencilla parametrización del dispositivo y la transmisión de información adicional importante.
Los sensores inductivos de alta temperatura con IO-Link proporcionan a los usuarios datos de estado del cabezal del sensor, así como información de mantenimiento. El contador de ciclos de conmutación y horas de funcionamiento integrado proporciona información básica adicional para la planificación de mantenimiento predictiva basada en el estado. La sincronización de varios dispositivos es posible tanto en modo SIO como en modo IO-Link.
Los sensores están disponibles con un cable fijo que se puede conectar a un amplificador M18 o con una conexión separable. La longitud del cable se puede seleccionar entre 1 y 30 metros (en incrementos de 5 metros), lo que permite una adaptación flexible a la aplicación. Esto hace que la instalación sea mucho más sencilla para los usuarios. Además, cada componente del conjunto de sensores se puede reemplazar individualmente. Al instalar el cabezal del sensor a ras del metal, se minimiza el riesgo de daños.