Cuando un sensor de contraste pasa por el punto de aprendizaje entre el fondo y una marca de impresión, lo reconoce rápidamente e indica la posición exacta de la marca. Estos sensores se utilizan para la colocación precisa de objetos en impresoras, plantas de embalaje y rotuladoras de los sectores alimentario y farmacéutico. Se caracterizan por una baja resolución de contraste, un alto grado de fiabilidad de conmutación cuando las diferencias de contraste son mínimas, breves tiempos de respuesta, e insensibilidad a fluctuaciones de altura y ángulo de la red de materiales.
A diferencia de los sensores de contraste, que funcionan siguiendo un patrón similar, los sensores cromáticos funcionan con fondos multicolor con un grado excepcional de fiabilidad. El sensor explora regularmente el material objetivo en los canales de color R/G/B para detectar el color aprendido. Hay tres colores diferentes que se pueden aprender y reconocer en paralelo.